me levanto desordenada.
hace semanas que sé que quiero escribir sobre la evasión, sobre los periodistas que cubren política y sus estrategias para sobrevivir en años de noticias 24/7. quiero saber cuáles son sus maniobras de evasión.
son las 11 de la mañana y aún no escribí ni una palabra.
quiero leer la columna de fabián casas.
ayer fede ham me mandó un whatsapp que decía:
fabián casas a boxes 💔
fede es alumna, pero también es fuente inagotable de información; siempre me hace sentir que corro de atrás. trabaja ocho horas, va a la facultad y, además, lee todo, sabe todo, ve todo. no sé cómo hace. debe tener un clon. en realidad, la explicación es que está en sus veintis.
escucho la voz de fernanda trías diciendo: “lo que se extraña son los 20 años. es todo lo que significa el mundo a los 20 años”. la frase la usó fer medina en la apertura de esta temporada de su programa de radio oír con los ojos.
repito: ando desordenada.
mi abuela rorra, la madre de mi padre, siempre decía: “el desorden es vida”. qué sabiduría la de mi abuela. otra de sus máximas: “al cuerpo no hay que exigirle”. rorra se murió a los 92 años. era fanática del amarillo, dormía la siesta religiosamente todos los días, si algo se perdía en su casa le rezaba a san antonio.
quiero leer la columna de casas, pero me distraigo con la de juan josé becerra.
el título: empachados de política.
qué genialidad, becerra, qué genialidad.
En las señales de cable, en los canales de aire, en las viejas radios de FM y en las aún más viejas de AM, en Olga, en Gelatina, en Cenital, en Carajo, en Neura: política. Y bajo las formas más variadas: intrigas, chismes, proclamas, amenazas, delaciones, operaciones, entrevistas, jingles, debates de sordos, opiniones permeables e impermeables. Como quien martilla noche y día un clavo de un kilómetro: política, política, política.
el domingo 27 de octubre, en uruguay, fueron las elecciones nacionales. habrá balotaje. no tengo ni idea de quién va a ser el próximo presidente, pero me gusta decir que la noche del domingo 24 de noviembre será de infarto.
estoy —como dice becerra— empachada de política. tuve una semana de consumo problemático de entrevistas, notas, análisis, columnas, tertulias políticas.
hay un momento en que la espuma baja, me aburro, me enojo, me harto y chau. mi vida vuelve a la normalidad. me pregunto cómo hacen los que trabajan en esto. ¿no se aburren nunca?
me acuerdo de una frase que me dijo hace unas semana el productor de un programa de radio: “esta gente está obsesionada con la política”.
mi amigo guille draper fue editor de política en el semanario búsqueda durante varios años. ahora es editor general. le pregunto si extraña o si se siente un poco más liviano. lo primero que me dice es: “yo abandoné y no abandoné. la newsletter es una vía también para no extrañar”.
si aún no estás suscripto y te interesa la política uruguaya, acá va el enlace de la última edición.
sigue guille: “la política se volvió más hostil. creo que encontré una distancia que me permite seguirla sin salpicarme tanto de barro. a veces te alcanza igual. y entonces pensás ‘qué áspero esto, que se termine de una vez’. pero seguís enchufado”.
le pregunto a otro amigo que está metido en el periodismo político desde hace décadas: ¿no te aburrís?
respuesta: “me aburro seguro”.
e inmediatamente me dice que cuando era adolescente sus dos motivos para ser periodista fueron: la política y el fútbol.
“llega un momento que te desgasta porque es un círculo que se repite todo el tiempo; las cosas te dejan de sorprender. cambia alguna cosa, pero es siempre más o menos lo mismo. esta campaña fue un embole patrio. el domingo de las elecciones y esta semana posterior me enganché de nuevo. intento hacer mi propia lectura de qué pasó, qué puede pasar. se me prende la chispita”.
vuelvo a becerra.
La pretensión es más modesta: que la política afloje un poco su presión ambiental para que corra aire en los pasillos de la vida. Que brille un poco por su ausencia, que se haga desear y que se llame al saludable silencio porque es evidente que el silencio a menudo es salud (sobre todo para el que lo hace). Lo que no significa no hacer política o no hablar de política sino bajarla del pedestal de totalidad en la que la instala el poder, su jefe enmascarado.
pienso en fabián casas que quiere hibernar (“simplemente una parte de mi cerebro tiene que hibernar para poder utilizar el resto que me queda y tratar de estar bien”) y también en diego geddes, autor de la newsletter diario de la procrastinación que, hace unas semanas, usó exactamente la misma palabra para decir que iba a hacer un parate.
Siempre me pareció fabuloso el concepto de hibernar. También tengo fantasías con pasar un par de temporadas en una locación de invierno (quizás un par de temporadas sea mucho, digamos solo una). Un cambio radical de vida, eso podría ser una manera de renovarse. Juntar la leña, hacer el fuego, cocinar, ocuparse de lo elemental. Estoy muy lejos de ese plan y sin embargo me convoca en este momento en que necesito parar un poco, pensar algunas ideas, o simplemente descansar. Buscar el fuego.
no sé por qué se me da por pensar en la película de david o. russell el lado luminoso de la vida.
ahora son las cuatro de la tarde y vuelvo a ver el momento en que bradley cooper y jennifer lawrence bailan girl from the north country.
te invito a que te sumes a mi desorden.
The world will break your heart ten ways to Sunday. That's guaranteed. I can't begin to explain that. Or the craziness inside myself and everyone else. But guess what? Sunday's my favorite day again. I think of what everyone did for me, and I feel like a very lucky guy.
la frase es de pat, el personaje que interpreta cooper. ojalá la hayas visto y la estés recordando conmigo.
vuelvo.
pienso en el privilegio de los que pueden hibernar. no es el caso de victoria fernández, editora de política de búsqueda, ni de santiago soravilla, periodista político de el observador.
hace semanas que les pregunté cómo hacían para desconectar, para escapar, para tener sus tiempos.
victoria me respondió: “me encanta el tema, no sé si tengo respuestas 😂”.
tenía respuestas, por supuesto.
“depende del día que me preguntes la respuesta que te voy a dar. hay días que me parece que es muy posible desenchufar, conectar con otra cosa, olvidarte, hay momentos en que siento que lo logro. el ocio para mí es necesario para hacer un buen trabajo, soy muy defensora de esos tiempos. pero sé que hay momentos en que no lo logro y que siento que me desborda”.
sus estrategias:
tener espacios de desconexión en el día a día. y, para eso, hay rutinas innegociables. una de ellas es empezar el día despacio y no a las corridas. “necesito definir cuáles son los momentos en los que no estoy laburando. esos momentos son las mañanas, poder desayunar tranquila, no salir corriendo. por ejemplo, miro el celular y si encuentro cosas de trabajo que no son urgentes no las respondo hasta las 10 u 11. y a última hora del día, aunque sea tarde, necesito que haya un quiebre que me indique que a partir de ese momento ya no estoy trabajando más. puede ser una serie, un vino, un encuentro con amigas, cena con mi pareja; es impensable para mí que lo último que haga antes de dormir sea trabajar”.
podcasts para salir de la agenda y así poder tomar aire, viajar a otros territorios y desconectarse del presente. su favorito en estos tiempos: shameless.
leer antes de dormir. últimas lecturas: sexografías de gabriela weiner y un verdor terrible de benjamin labatut. el próximo: los reyes de la casa de delphine de vigan.
bici & ejercicio. los micro paseos durante el día la mantienen de buen humor y la ida al gimnasio para sacar lo más pesado del día también es fundamental.
dejar el celular.
santi soravilla me responde así:
“desde hace un tiempo le pongo pienso a todo esto para que no me abrume tanto ni el trabajo ni el ciclo electoral, que es un momento en que todo se pone todavía más intenso. después de haber tenido épocas en las que trabajé 15 horas aprendí algunas cosas. si estoy abrumado y a las corridas, no funciono muy bien. sé que para estar bien y para poder entender lo que pasa necesito cierta calma. por eso tomé algunas decisiones y tengo estrategias para no abrumarme”.
sus decisiones:
no tener más de un trabajo; aunque puede ser que algún semestre dé clases en la universidad.
hacer mucho deporte: gimnasio + fútbol de manera regular.
leer. como le cuesta más la ficción elige ensayos de historia y filosofía. suele leer más de un libro a la vez. último descubrimiento: hartmut rosa y sus reflexiones sobre la aceleración. “si antes teníamos diez minutos para pensar, hoy tenemos uno; este es un tema en el que pienso bastante, sobre todo vinculado a los medios y a nuestro trabajo”, dice santi. en la mesa de luz, lo esperan el corazón helado de almudena grandes y formas de volver a casa de alejandro zambra.
series. hace el ejercicio de seguir una y ver un capítulo por día. la de estas semanas: homeland.
tareas del hogar. los fines de semana, cuando no trabaja, su gran estrategia para despejarse es arreglar y limpiar su casa.
meta a alcanzar: apagar el celular por un tiempo prolongado.
si llegaste hasta acá y estas listas de victoria y santi te hacen sentido, te recomiendo el capítulo de sherpas, el podcast de el gato y la caja en el que entrevistan al médico ezequiel arrieta. el título: la transición va por dentro.
y, por supuesto, si tenés algunas buenas estrategias de evasión para compartir me escribís a piasupervielle@gmail.com.
si alguien te reenvío este correo y querés suscribirte, podés hacerlo acá.
nos leemos pronto.
para no olvidar
el viernes que viene es la noche de las librerías. hay de todo, de todo, de todo. te sugiero que chusmees las cuentas de instagram de tus librerías de confianza o tus editoriales favoritas.
yo voy a acompañar a mi editor emanuel bremermann. va a estar charlando con josé arenas sobre su último libro soy lo prohibido en libros de la arena de malvín.
si estuviste en el concierto de andrés calamaro del jueves, te dejo este recuerdo ;)