pienso en el silencio. pienso bastante en el silencio. también pienso en el ruido incesante y en las ganas que me dan de apagar todo, de bajar la llave general.
en 2021, el periodista argentino especializado en ciencia federico kukso escribió un artículo en el diario.ar que tituló “el silencio, el nuevo lujo moderno”.
soy fan de kukso; si tenés twitter, seguilo. es capo.
en su nota —además de pasearnos por papers que demuestran cómo el ruido afecta nuestra calidad de vida; de traernos autores clásicos y contemporáneos que han reflexionado sobre el asunto; y, por supuesto, contarnos lo que están haciendo las marcas de autos de alta gama para ser lo más silenciosos posibles— también se da el espacio para hacer algunos apuntes sobre nuestra vida cotidiana.
No solo el paisaje sonoro de las ciudades cambió con las épocas. También se han transformado las sensibilidades y las actitudes respecto al valor del silencio mismo. La vida, la celebración, la alegría, los festejos se asocian en el siglo XXI al bullicio, a la exuberancia sonora. Al silencio, en cambio, se lo emparienta con la tristeza, el enojo, el malestar y la sospecha. En una sociedad hiperestimulada -sonora y visualmente- como la actual, el silencio es visto como peligro. El silencio incomoda, el ruido conforta.
no recuerdo la fecha específica, tiene que haber sido en algún punto entre el 2021 y el 2022. sí recuerdo el momento: fue una mañana, muy temprano, caminaba al trabajo con los airuculares puestos. un legislador gritaba barbaridades en un programa de radio y también en los oídos de los miles que lo escuchábamos.
desde ese día, el universo coyuntura queda —en la medida de lo posible— para la tarde. intento huirle al ruido del acontecer informativo. me abruma, me agota, me aturde.
dice la psicoanalista argentina alexandra kohan en su columna de febrero que tituló aturdidos:
Los cuerpos se van embotando, apaciguando, anestesiando en el frenesí del consumo de la información ruidosa, estridente, aturdidora (…). Alternar, entrar y salir, abrir y cerrar los ojos. Entrecerrar un poco los agujeros para que no entre toda esa luz de frente. Si pensar es separar, hay que inventar esos separadores para estar un rato en las sutilezas, en los matices. No estoy diciendo que tengamos que desentendernos de la realidad cruenta en la que estamos metidos, no digo que nos tiene que importar menos, que nos tiene que resbalar. Digo que para que importen algunas cosas, hace falta que no todas sean lo mismo. Para que la cosa no nos arrase, hace falta una alternancia, una intermitencia, una ola que va y que viene, que nos posibilite sacar la cabeza para respirar.
esta semana noelia ramírez —periodista y autora de la newsletter lo raro es vivir de el país de madrid— escribió una columna que tituló así: qué hacías al despertar cuando no existían los móviles.
Ahí mi cerebro languidece aturdido por la mezcolanza de notificaciones, chats queridos, datos absurdos y correos que nunca fueron tan urgentes. Ya no sé cómo era aquello antes de verme secuestrada en la ducha por algún pensamiento inane que alguien chilló con demasiadas mayúsculas dentro de mi teléfono. Ahora creo que todo empieza siendo más espeso. Esos días casi siempre acabarán sintiéndose mucho más pequeños.
y vos, ¿te acordás qué hacías cuando te despertabas y no tenías un celular inteligente como extensión de la manos?
para mí, la pregunta fue una puñalada. me dolió.
todo empieza siendo más espeso.
el silencio incomoda.
bienvenida, bienvenido.
esto es arbitraria.
un domingo sin tristezas.
I
el primer envío de arbitraria tuvo como epígrafe cualquier día, un domingo; la frase es de domingo, la canción que compuso diego presa para musica para niños tristes, el primer disco de su banda buceo invisible.
diego no lo sabe, pero su voz y su poesía me acompañan desde 2006.
intuía que si le preguntaba por el silencio, por el lugar que ocupa en su vida, por el valor que le da, diego iba a responder algo muy preciado, algo inolvidable.
gracias, diego.
no me equivoqué.
el ciervo es una piedra en tu
silencio pulida única
intocada
es lo único que espero
de tu cuerpo
Hace unos años tomábamos cerveza con dos amigos, afuera llovía mucho. Yo defendía firmemente la idea de que el silencio es la única respuesta posible. La respuesta definitiva a todo. Frente al misterio, a la explosión de la luz, al desnudo milagro lo que queda es la ausencia de palabras, el límite del pensamiento: el silencio. Mis amigos me miraban con los ojos brillantes de alcohol y defendían el verbo, la posible explicación. Recuerdo que coincidíamos en la risa.
El silencio es el campo de batalla en el aula. Hace casi tres décadas que doy clases en escuelas. La pelea es suspendernos y escuchar. La posibilidad de que se abra lo nuevo, de parar la catarata ansiosa y mirarnos nuevamente. El silencio como paréntesis del capitalismo. La promesa de una transformación en el aire, de un futuro de nuevos cruces, de encuentros inesperados. Un breve jirón de belleza aún no descubierta latiendo ahí, en el silencio, frente a mi mano y las cuerdas inmóviles de la guitarra. El barro invisible.
diego acaba de dar a conocer su nuevo disco solista. se llama flor abierta. la ilustración de la portada es de sebastián santana.
II
terminé de leer alguna vez pensé esto, los diarios del poeta y editor de blatt & ríos, mariano blatt.
la entrada del 15 de julio de 2013 dice así:
“Era de madrugada, apenas las tres. No había ninguna luz en las casas de la vecindad: la ventana de mi cuarto de trabajo era la única iluminada. Hacía frío, pero a veces me gusta trabajar con la ventana abierta: mirar las estrellas descansa y apacigua el ánimo, como si uno escuchara una melodía muy vieja y muy querida. El único rumor que turbaba el silencio era el leve rozar de la pluma sobre el papel". Así empieza El eternauta. Increíble, ¿no?
dato para nuestro futuro: la versión audiovisual de la historieta homónima está a cargo de bruno stagnaro (okupas, pizza, birra y faso), es una serie de seis capítulos y, en algún momento, se estrenará en netflix. el protagonista es ricardo darín y —uruguay, nomá— también participa césar troncoso.
otra entrada de blatt; es del 7 de agosto de 2020.
Entre nosotros comuniquémonos solamente cuando haya algo por comunicar. El resto del tiempo es preferible dejarnos el tiempo y espacio para atender a todo eso otro que en su momento alguien tuvo para comunicar y que está conservado en los libros. Es decir, hablemos si hay algo que decir. Si no, leamos.
III
crecí en una casa silenciosa, sin gritos, sin grandes alborotos.
en la casa de mis padres nunca hubo televisión en el living, nunca necesitamos un sonido de fondo para los almuerzos o las cenas. el espacio sonoro se llenaba —o no— con nuestra conversación.
mi padre y mi hermano bernardo hablan poco.
mi madre habla mucho, muchísimo. habla sola.
mi hermano francisco —cuando era chico— hablaba sin parar; ahora que es un adulto habla bastante menos y cuando quiere.
yo, depende.
mi pareja habla poco; dice que habla cuando tiene que hablar.
mi cuñada habla y se queja de lo poco que habla mi hermano del medio.
sus hijos —mis sobrinos— son las personas que más hablan de la familia: tienen seis y tres. acaba de nacer el tercero. dice bernardo—siempre bestial—: ojalá que sea mudo.
*
mi hermano francisco es, entre tantas cosas, fotógrafo. hizo su licenciatura en artes visuales en bruselas, bélgica. uno de sus primeros trabajos conocidos y reconocidos nació de una visita a uruguay.
se llama colección de silencios.
francisco volvió a uruguay hace años. su colección de silencios está dispersa en las paredes de nuestras nuevas casas.
IV
en 2020 isabel cadenas cañón —escritora y documentalista española— presentó su podcast de eso no se habla, una realización de no ficción sobre los silencios individuales y colectivos. el trabajo es preciosísimo.
inútil decir más.
les dejo el primer capítulo por si se entusiasman.
V
clarice lispector tiene un cuento que se llama silencio. lo tradujo al español cristina peri rossi.
antes de ir al fragmento que quiero compartirte, aprovecho para recomendarte el podcast de blackie books grandes infelices. hay un episodio dedicado a lispector.
Es tan vasto el silencio de la noche en la montaña. Y tan despoblado. En vano uno intenta trabajar para no oírlo, pensar rápidamente para disimularlo. O inventar un programa, frágil punto que mal nos une al súbitamente improbable día de mañana. Cómo superar esa paz que nos acecha. Silencio tan grande que la desesperación tiene vergüenza. Montañas tan altas que la desesperación tiene vergüenza. Los oídos se afilan, la cabeza se inclina, el cuerpo todo escucha: ningún rumor. Ningún gallo. Cómo estar al alcance de esa profunda meditación del silencio. De ese silencio sin memoria de palabras. Si es muerte, cómo alcanzarla.
la única vez que experimenté una sensación de silencio verdaderamente absoluto fue en 2019.
estábamos a más de 2.600 metros, en la cima el huayna picchu de machu picchu. estábamos fundidos; nunca nos preparamos para escalar esa montaña imposible, verde y empinadísima.
mientras me envolvía el silencio saqué esta foto.
este verano, en san josé del pacífico (oaxaca, méxico), tuve una sensación bastante parecida. también estábamos en las montañas.
silencios sin memoria de palabras.
gracias por la lectura y por acompañarme, una vez más.
si alguien te reenvío este correo y querés suscribirte, podés hacerlo acá.
siempre me podés escribir a piasupervielle@gmail.com.
nos leemos en quince días.
Me ha gustado mucho esto, es una descripción poética, te hace sentirte ahí (y estoy en un sitio sin apenas montañas a la vista):
"Es tan vasto el silencio de la noche en la montaña. Y tan despoblado. En vano uno intenta trabajar para no oírlo, pensar rápidamente para disimularlo. O inventar un programa, frágil punto que mal nos une al súbitamente improbable día de mañana. Cómo superar esa paz que nos acecha. Silencio tan grande que la desesperación tiene vergüenza. Montañas tan altas que la desesperación tiene vergüenza. Los oídos se afilan, la cabeza se inclina, el cuerpo todo escucha: ningún rumor. Ningún gallo. Cómo estar al alcance de esa profunda meditación del silencio. De ese silencio sin memoria de palabras. Si es muerte, cómo alcanzarla."