pienso en la espera.
dice la rae: calma, paciencia, facultad de saberse contener y de no proceder sin reflexión.
y pienso, también, en las expectativas.
de nuevo la rae: esperanza de realizar o conseguir algo.
son definiciones preciosas, ¿no? punto para la rae.
sigo.
pienso en esa lista interminable que se va albergando en mi cabeza y que ya podría tener un rótulo gigante que sea esperas y expectativas. a veces pienso que estoy muy confundida y que vivo esperando que el tiempo se acelere pues soy incapaz de transitar lo que me molesta, me irrita, me da pereza, me complica la rutina. estoy en un punto a y quiero llegar a un punto b y quiero que eso suceda velozmente. así me encuentro pidiéndole deseos al aire: que esta semana pase rápido; que baje la humedad así puedo lavar toda la ropa acumulada; que llegue de una buena vez el martes así termino este detox sin sentido y puedo volver a tomar mi café de mañana (cosas que creo que jamás podría dejar: el café).
se me ocurre que las expectativas son más rimbombantes, vienen con esta idea de lo que se concretará a mediano o largo plazo.
la gente suele hacer preguntas sobre ellas: expectativas del curso, del proyecto, del trabajo, del romance, del año. no soy muy buena en esto de las expectativas; sé que las tuve, sé que fueron grandes. ahora me gusta tener una lista más acotada y más real: poder repetir las vacaciones de verano, conocer algún país nuevo de latinoamérica, sacar la entrada para ver un artista que sigo desde siempre. no mucho más. aunque sé que eso, de verdad, es un montón.
sobre las expectativas que los demás tienen sobre nosotros, sobre esa mochila llenita de piedras que empieza con la frase estar a la altura de las circunstancias, mejor hablamos en otro momento ;)
pero me gusta pensar en la espera y en el sosiego; el domingo como una síntesis de ambos conceptos. el domingo como el día en la semana en que nos podemos dar ese lujo; el lujo de la calma, de la sobremesa, de que el tiempo pase mientras nosotros imprudentes y derrochadores —sin reparar en el reloj o el celular— nos metemos dos horas en el cine o en el teatro o en un concierto.
bienvenida, bienvenido a arbitraria.
cualquier día, un domingo.
I
llegué a este asunto de la espera y las expectativas cuando volví a también esto pasará, la segunda novela de milena busquets. volví a su libro por la noticia de que por estos días, en algún lugar de españa, se está rondando la película que adapta el texto. ya lo sabemos: hoy todo libro exitoso va a parar a un guion. de la película se conoce poco. que su directora es la catalana maría ripoll (no vi nada de ella, pero parece que nosotros no nos mataremos con pistolas es muy buena) y que entre sus involucrados están rtve y amazon prime vídeo.
la cuestión es que le tengo un afecto muy particular a también esto pasará; lo leí en 2015, mi año de la tristeza, y lo recomendé hasta el hartazgo. no creo que haya libros salvadores, no sé si me convence esa idea, pero sí fue refugio y fue el principio de decenas de conversaciones que tuvimos, por esos meses, con varias amigas que también fueron cobijo.
no sé si quiero leerlo de nuevo, aunque es probable que lo haga.
así comienza:
Por alguna extraña razón, nunca pensé que llegaría a los cuarenta años. A los veinte, me imaginaba con treinta, viviendo con el amor de mi vida y con unos cuantos hijos. Y con sesenta, haciendo tartas de manzana para mis nietos, yo, que no sé hacer ni un huevo frito, pero aprendería. Y con ochenta, como una vieja ruinosa, bebiendo whisky con mis amigas. Pero nunca me imaginé con cuarenta años, ni siquiera con cincuenta. Y sin embargo aquí estoy. En el funeral de mi madre y, encima, con cuarenta años. No sé muy bien cómo he llegado hasta aquí, ni hasta este pueblo que, de repente, me está dando unas ganas de vomitar terribles. Y creo que nunca en mi vida he ido tan mal vestida. Al llegar a casa, quemaré toda la ropa que llevo hoy, está empapada de cansancio y de tristeza, es irrecuperable.
a milena la pueden seguir en instagram y también se pueden suscribir a su newsletter también esto. es paga así que dejo aquí la carta de bienvenida que escribió en febrero. tal vez alguien se entusiasme.
II
hay varias esperas posibles. hoy traigo estas dos.
la de fito paéz: “yo no esperaba nada y te vi”.
la de andrés calamaro: “no me gusta esperar, pero igual te espero”.
amable recordatorio: honestidad brutal cumple 25 años. hay celebración, claro. en montevideo será el 31 de octubre en el antel arena. las entradas están a la venta desde ayer.
III
cuando alguien muy reputado, muy celebrado, muy querido muere, espero los obituarios o textos de despedidas de personas que sé que son brillantes en el ejercicio del adiós. pienso en este que escribió mariana enriquez cuando murió maradona o este otro que, seguramente, tecleó con el corazón estrujado cuando murió su gran amigo y primer editor juan forn.
también sigo mucho los textos de despedida que escribe maría josé santacreu en brecha.
lo que sigue es el comienzo del artículo nunca te vi, siempre te amé que despide a paul asuter y, además, recorre de manera minuciosa su carrera y su vida.
Seguramente sea un ejercicio de nostalgia y el recuerdo, más bien una especie de espejismo, ese que frecuentemente se produce cuando miramos hacia atrás, a la infancia, a la juventud, a cualquier momento de esa era en la que los sueños no se han roto, para bien o para mal. Me refiero a atesorar el deslumbramiento y la admiración que nos causó Paul Auster en los años noventa. Porque lo cierto es que cuando él apareció fue como un rayo y, claro, nosotras nos convertimos en la costurerita que dio el mal paso, totalmente encandiladas, perdidamente austeras para siempre.
IV
en marzo magalí etchebarne ganó el premio ribera del duero de narrativa breve. el premio tiene dos puntos esenciales para la vida de una escritora o un escritor: 25 mil euros y la posterior publicación en la editorial páginas de espuma. el ribera del duero lo ganaron, por ejemplo: guadalupe nettel, samanta schweblin y liliana colanzi.
este será el tercer libro de etchebarne. los mejores días y cómo cocinar un lobo son dos libros que atesoro y que, por razones distintas, me atravesaron. espero que la vida por delante llegue pronto, prontísimo a las librerías de montevideo.
mientras espero, vuelvo a leer algunas de las frases que marqué en los mejores días (tenemos las máquinas, 2017).
“Dijo que la razón es como una ruta y la locura es el campo, la pampa, el infinito después”.
“Una vez dijo que las personas somos como cosechas, tandas de cosas que vienen a la tierra en formas comunes. Cada uno es un grano que se cree especial, pero compartimos casi todo con los otros. La nuestra, la de ella, la mía, es una cosecha ordinaria, decía, ordinaria pero eficiente. Lo dijo porque habíamos escuchado a la vecina del fondo diciendo de nosotros, de nuestra familia, que éramos unos ordinarios. No habló de cada uno en particular, pero dijo nuestro apellido, y los apellidos son una forma de abrazo, un puñado brusco que te une a los otros aunque te resistas”.
y del demoledor cómo cocinar un lobo (tenemos las máquinas, 2023)
Estoy armada hasta los dientes
por dos que ya no están. No sé si me hicieron
a imagen y semejanza, pero a la noche
se los pregunto.
¿Qué hicieron? ¿Cómo
lo hicieron? ¿Por qué se fueron?
¿Soy ustedes?
A la mañana duele,
las respuestas las olvidé.
V
volvió hacks la absolutamente maravillosa serie de hbo que protagoniza la absolutamente maravillosa jean smart. la acompaña hannah einbinder que es genial, genial, genial.
hacks es un duelo de titanes entre deborah —comediante venida a menos que después repunta y se vuelve en una celebridad del siglo xxi— y ava —guionista millennial que sabe que es muy buena, pero hizo un chiste desafortunado en la antigua twitter—.
más allá de la danza del te odio, te quiero, te odio, no puedo vivir sin vos fascinante de estas dos mujeres de distintas generaciones, hacks tiene como telón de fondo el mundo del espectáculo y todos esos personajes que viven y trabajan alrededor de él: representantes, secretarias de representantes, asistentes, responsables de giras, dueños de teatros. la primera temporada se queda en el siempre decadente mundo de las vegas, pero la segunda sale de viaje por estados unidos y termina en la voraz Los Ángeles. la tercera es sobre el encuentro después del desencuentro. recién voy por el capítulo uno, la voy dosificando para que me dure un poquito más.
no la estaba esperando y, por eso, la alegría fue doble.
bueno, esta es la despedida.
ojalá que tengas un lindo domingo de otoño. y, si llegaste hasta acá, gracias por la lectura.
me podés escribir con comentarios y sugerencias a piasupervielle@gmail.com.
nos leemos en quince días ;)